Identidad y semejanza

 

¿Has visto cómo van y vienen los pájaros?
Sus alas, tan quietas,
remueven mi conciencia.

El cielo,
una maraña de caminos
invisibles
donde los pájaros parecen irse
dejando un azul que aplasta,
un azul intenso,
que parece un desmesurado fondo
sin memoria.

Recuerdo sus alas
como cuchillos que rasgaran
la luz infinita
y abrieran apenas las rendijas
hacia alguna realidad, que está
inalcanzable, del otro lado,
y que solo ellos pueden verla.

Aquí abajo
parece que una música lejana
moviera los hilos que los mecen
haciéndoles flotar
entre las corrientes de los días.

¡De pronto,
vuelven los pájaros!
Uno me sobrevuela
como si quisiera quedarse,
y me digo que debo ser yo…
¡yo!, divisando
desde alguna parte
como el mundo me mira
sin saber quién soy.

Lo veo dar vueltas,
quedarse quieto
como
si fuera
parte del instante
y en ese momento
ya no hay nada que me aleje
de cualquier otro hombre
que habitara sobre la tierra.
.
.
.

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